Se nos ha ido el mimo de mimos, ha muerto Marcel Marceau.
Nos deja el hombre que mejor sabía regalar una flor invisible, el artista que era arrastrado por el viento en momentos de calma total. Se va el entrañable Bip, y lo hace como lo vimos en los escenarios: sin palabras; porque como él mismo nos enseñó "la palabra no es necesaria para expresar lo que se siente en el corazón".