11 de marzo de 2007

El túnel

¿Quién no conoce a Héctor Alterio?... y ¿quién no ha leído u oído hablar alguna vez de Ernesto Sábato?... Pues de la unión de la inconmensurable capacidad interpretativa del primero y de la novela clave en la trayectoria literaria del segundo, nació hace ya unos meses una obra teatral homónima al libro, y que ha visitado nuestro Teatro Principal en los últimos días: El túnel.


Cuarenta años después de acontecerse la historia, Juan Pablo Castel (Hector Alterio) relata los sucesos que le llevaron a asesinar al amor de su vida, María Iribarne (Rosa Manteiga), la única mujer que le llegó a comprender en su particular mundo de incomunicación. Las obsesiones, la entrega no correspondida, los celos, las infidelidades, y un enfermizo deseo de control, convertirán una envidiable historia amorosa en un drama que dará lugar al peor de los finales.


Original adaptación teatral realizada por el propio secretario de Ernesto Sábato (Diego Cutarella) para, una vez más, una genial interpretación del más grande de los actores argentinos. Partiendo de un soliloquio de Alterio sobre la concatenación de acontecimientos que dieron lugar al crimen que lo llevó a prisión, los diversos personajes de la obra van haciendo aparición en escena para entablar un diálogo con el protagonista a la vez que éste, dirigiéndose directamente al espectador, nos los va presentando y retratando.

La escenografía sobria y sombría (en la que todos los personajes son visibles en todo momento a los asistentes estén o no en escena, de forma que puedan ser interpelados por nuestro pintor asesino en cualquier momento) hace resaltar aún más si cabe la importancia vital y sentimental de los diálogos y monólogos escenificados, lo que lleva en momentos determinados a cierta empatía con lo sufrido y disfrutado por los personajes.



Ese "túnel" de soledad, incomprensión y esquizofrenia general se nos hace presente de forma dramática, irónica, e incluso humorística, a lo largo de la personal narración del a veces enamorado, a veces asesino; creando en los asistentes unos sentimientos encontrados ante la sorpresa, risa y estremecimiento que se suceden durante la hora y media de función. Asistimos de golpe y crudamente a lo mejor y peor del amor más profundo, a lo que eleva o hunde a un enamorado, a lo que mantiene o destroza una pareja, al amor y al odio con mayúsculas.

Una estupenda obra existencialista que a pesar de las modificaciones necesarias para su representación teatral conserva la esencia del original de Sábato, nos muestra a un siempre disfrutable e insuperable Alterio, y que reflexiona sobre facetas que todo enamorado a podido vivir o sufrir en un momento u otro de su relación... Aunque como se suele decir: cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia...


No hay comentarios: