18 de marzo de 2007

Macbeth

Siguiendo con la campaña de difusión de ópera y danza en Zaragoza, pudimos asistir en el Teatro Principal a un nuevo destrozo lírico de la Compañía Ópera 2001. En esta ocasión la obra damnificada para celebrar el 160 aniversario del estreno de su primera versión fue Macbeth.


William Shakespeare y Giuseppe Verdi. Dos nombres situados en la cumbre de la literatura y la música unidos a través de un título: Macbeth. Estos dos ingredientes hacían prometer una gran sesión operística, lo que olvidábamos era que toda exquisitez clásica puede ser destruida por la incapacidad contemporánea y un cúmulo de limitaciones.

Esta primera opera shakespeareana de Verdi, la preferida del autor italiano, se concentra en los elementos teatrales marcando especialmente, dado su origen literario, la dimensión dramática de los personajes. A lo largo de sus cuatro actos, la más conocida tragedia acerca de la traición y la ambición desmedida nos desgrana las acciones desesperadas y la violencia de Macbeth y su esposa por la obtención del poder.



Y como decía, las limitaciones fueron las que marcaron la noche en la ópera; limitaciones orquestales, limitaciones vocales, limitaciones interpretativas... Limitaciones que solamente no se dieron en el punto fuerte de la función: su escenografía.
A partir de un decorado básico escalonado, los cuadros de cada acto se van sucediendo siendo diferenciados gracias al continuo juego de luces y sombras, proyecciones sobre post-telón, elementos movibles, ambientación de la época narrada (siglo XI), etc... que consiguen crear una ambientación serena pero misteriosa al servicio de los elementos mágicos y psicológicos tan presentes en la obra, como pueden ser la esencia brujeril o el motivo clave de las visiones de Lady Macbeth.



Una nueva oportunidad perdida con esta compañía para mostrar en nuestra ciudad algún ejemplo de ópera de verdad..., y lo peor es que amenazan con volver próximamente para representar Il trovatore. No me cabe duda que Giuseppe Verdi y Antonio García Gutiérrez ya deben estar revolviéndose en sus tumbas...

5 comentarios:

Fernando dijo...

Pues sí, como hablábamos el otro día, la tierra de don Miguel Fleta merecería un buen programa de ópera y no estos sucedáneos.

Pero bueno, nos quedamos con esa impresionante lectura musical que el genio de Verdi hizo del texto de Shakespeare. La función del otro día se habría salvado con una orquesta un poco más competente, que interpretara con justicia ese magnífico preludio, o la música que acompaña al sonambulismo de Lady Macbeth. En fin, como consuelo ahí están las grabaciones.

¡Muy buena crítica, Elros!

Elros dijo...

Gracias Fer!

Pues que sepas que me estoy empezando a preocupar... Porque tú y yo comprobamos el nivel operístico que hubo allí... y sin embargo recuerdo a la gente puesta en pie entusiasmada aplaudiendo... e incluso Ireth me ha comentado que en la crítica del Heraldo le dieron la nota máxima!!!

A ver si va a ser que entre todos nos están gastando una broma... ;-)

Un abrazo!

Anónimo dijo...

Vaya, y yo que me lamentaba de no haber podido ir a verla. Por la diversidad de críticas, parece que para el público siempre es mejor ópera flojilla que nada de ópera, y es que en Zaragoza hay poca. Pero nos podemos dar con una piedra en los dientes, que no hace tantos años no había NADA, pero nada nada, que se dice pronto. A ver si va yendo a mejor la cosa.

Elros dijo...

Pues sinceramente no te perdiste nada especial José Ángel...

Leía hace unos días en la revista "Ópera actual" un pequeño artículo sobre la precaria situación operística que sufrimos en Zaragoza: la decepción del ¿futuro? Teatro Fleta, las citadas limitaciones del Principal, que el próximo Auditorio de la Expo tampoco será utilizable líricamente... Un panorama desolador... pero como bien dices, al menos hay algo de actividad... Vendrán tiempo mejores... o no...

Anónimo dijo...

Cómo me gustan tus críticas, ¡eres cruel y mal bicho! Y una pregunta: con el tiempo que tienes que invertir en el blog, ¿cuándo estudias?

En cuanto a las críticas favorables a esta ópera: ¿os habéis parado a pensar si la productora o el propio teatro habían contratado mucha publicidad en el Heraldo? Si la respuesta es sí, ya sabes por qué la crítica era buena.