23 de abril de 2007

Con lo lejos que está Virginia...

He de suponer que todos os enterasteis, por el medio que fuera, de la matanza que acaeció hace unos días en la Universidad de Virginia y que se saldó con 32 muertos y el posterior suicidio del enajenado de turno. Si conocéis algo de los detalles, también sabréis que el chico era estudiante de literatura y que, según sus profesores, sus escritos no eran precisamente preceptiva poética.

Y el hecho es que estudiantes de literatura que escriban textos “oscuros” (por denominarlos de alguna forma sin entrar en tecnicismos formales) conozco unos cuantos… entonces, ¿debo preocuparme? También se ha dicho que aparte de sus problemas psicológicos, el desencadenante, la gota que colmó su vaso, fue el rechazo o abandono (este punto no lo tengo claro) por parte de una chica de la que estaba enamorado…; y así a bote pronto incluyendo este detalle al perfil anterior, como me relaciono con bastante gente, también me vienen a la cabeza filólogos en esa situación, o parecida, de distintas especialidades, cursos y sexos… ¿Me debo preocupar más?

Al instante, por supuesto, me contesto yo mismo y la respuesta me tranquiliza casi totalmente: “¡No, Elros, por Dios!… Cómo puedes pensar semejante tontería… si la gente de tu facultad es incapaz de hacer cosas semejantes, es más, ni mínimamente aproximadas”… Realmente, insisto, me quedé mucho más tranquilo.

Aunque tras la tranquilidad inicial pensé: “Pero en esa universidad, si hubo en algún momento alguien que se cuestionó lo mismo que yo… también resolvería que era imposible que ocurriera algo parecido… pero finalmente hace unos días pasó…”

Ciertamente… ¿acaso no tenemos para esto los mecanismos de defensa?... Siempre nos intentan e intentamos convencer de que vivimos seguros, de que nada de lo que vemos que le ocurre al resto del mundo (aunque sea al de enfrente) nos puede ocurrir a nosotros…

Pero… ¿realmente podemos tener la seguridad que nuestro vecino de mesa no va a aparecer un día con algún tipo de arma y saldremos después, vivos o muertos, en todos los noticieros? ¿Sabemos con certeza algo del historial clínico y psiquiátrico de la gente con quien compartimos nuestros días?... ¿Acaso, tú que lees esto, nunca has sentido ira?... ¿De veras tienes la seguridad que yo nunca te haría daño?... ¿Y el que se sienta detrás de ti en clase?

Son sólo preguntas retóricas, no es necesario que contestéis… Así os ahorrareis acaso el tener que mentir… y os sentiréis mucho más tranquilos cuando vayáis a vuestra próxima clase con él, con ella… o conmigo.

6 comentarios:

nathaniel dijo...

Joder Elros, ahora que yo también me planteo estas preguntas... ¡no estoy nada tranquilo! Es verdad que las desgracias ajenas no nos afectan mientras permanezcan a distancia, pero me incluyo en el grupo de los que piensan que aquí no puede pasar algo así (espero). Por diferentes razones se me antoja poco menos que imposible, qué sé yo, la dificultad de acceso a un arma, la falta de antecedentes...
Aquí, sería con un cúter o destornillador, y no sería muy rentable. ¿Qué esfuerzo habría que hacer para matar a más de veinte personas con el cúter de la fábrica? Demasiado, incluso un descerebrado se lo plantearía.
Un abrazo Elros y gracias por publicitarme, en cuento apreda haré lo propio :)

Anónimo dijo...

Hola Elros!
Tengo que reconocer que me has dado un poco de miedo, eh? Espero que nunca se te cruce el cable... :P

No es imposible que pase algo así aquí (aunque en EEUU parezca, y quizás sea, más probable...). Cualquiera de nosotros puede tener por ejemplo una escopeta en casa y presentarse con ella en el campus.

Pero si tuviéramos que estar siempre pendientes de 'lo que podría ocurrir si...' no saldríamos de casa. Como tú has dicho, el no creer que las desgracias del vecino nos puedan pasar a nosotros es una forma de autodefensa. Porque vivir con miedo no es vivir...

Elros dijo...

Pues sí Nathaniel, realmente España es uno de los países que más requisitos tiene para el acceso a una licencia de armas... pero vamos, que exceptuando el certificado de carecer de antecedentes penales, el obtenerla no es más difícil que conseguir el carné de conducir: Examen teórico, examen práctico, y reconocimiento médico.

Lo único es que personalmente creo que nosotros no estamos, por decirlo de alguna manera, tan mentalmente contaminados como en países como EEUU, en donde la "cultura del arma" se da en el día a día...


Efectivamente Julia, todo es posible en esta vida, pero no podemos estar permanentemente alerta... nos convertiríamos en muertos en vida temerosos de cada esquina...

Pero tú ten cuidado en tus viajes transoceánicos, que nunca se sabe! :-P
Y por mí no te preocupes, que si se me cruza el cable... igual tú te librabas... o no! jajajaja!

Anónimo dijo...

Tranquilos, chicos. Siempre hay posibilidades de que pasen estas cosas también en nuestro país, pero creo que aquí por el Norte no tenemos mucho de qué preocuparnos.

Hay un cupo máximo de asesinos, psicópatas, sociópatas, etc. por país y, por suerte, en el nuestro están todos concentradicos entre Valencia y Murcia (¿será el clima?)

fergusrg dijo...

Bueno nunca estamos a salvo, el vecino puede ser un sicópata pero también ese pequeño charquito puede ser una trampa mortal.

Por eso a mi entender la clave para vivir tranquilo no es estar seguro de que se vivirá mañana (que es virtualmente imposible) sino estar satisfecho con lo que se has hecho en la vida hasta el momento y ha bien con las personas que a uno le importan para poder abandonar esta vida con dignidad y sin miedo en el momento que acaezca la desgracia.

Pero bueno, yo no me paso mucho por el Campus por si las moscas.

Elros dijo...

Ojalá todo el mundo pensara así; cada persona estaría más a gusto consigo misma y, principalmente, sería más considerada con su prójimo... aunque quizá pido demasiado en esta era del individualismo que vivimos.

Y vosotros al menos a una mala podéis correr campo a través en dirección a Juslibol...